Por Alejandra Araya, investigadora asociada MICARE y académica de la Universidad Andrés Bello.
El 1 de octubre se inició el Mes de la Persona Mayor. En este tiempo se busca conmemorar los aportes de las personas mayores a la sociedad y visibilizar el envejecimiento como un proceso que atañe a todas las personas.
Chile y el mundo en general han visto un aumento en las tasas de envejecimiento, producto de los avances en la medicina, la disminución en las tasas de natalidad y un aumento sostenido de la esperanza de vida.
Es por esto que esta realidad exige grandes desafíos a los distintos actores que componen el tejido social.
Diversas medidas han sido implementadas desde los Gobiernos y Sociedad Civil, muchas de ellas acompañadas por evidencia empírica producida por Centros de Investigación como MICARE.
Todas estas medidas tienen un enfoque de envejecimiento positivo donde se busca propiciar las condiciones necesarias para que las personas puedan mantener su autonomía y de esta manera tener un envejecer digno.
Una de ellas son los centros de día para personas mayores, donde se busca de manera interdisciplinaria entregar actividades de fortalecimiento de la funcionalidad de las personas mayores que viven en la comunidad.
Estos resultados evidencian el propósito de estos servicios, donde se da la oportunidad de reconectar a las personas mayores con las redes sociales disponibles en su comunidad, pero, a su vez les permite establecer vínculos sociales con otros asistentes al centro y de esta manera generar lazos entre ellos que permiten disminuir su percepción de soledad y crear nuevas redes de apoyo comunitario entre pares.
En esta misma línea, un estudio cualitativo demostró que las personas mayores refieren mejoría de la funcionalidad, aumento del bienestar y mayor inserción social, confirmando los hallazgos anteriormente descritos.
Junto con lo anterior, las cuidadoras y cuidadores de personas mayores son un elemento central. En este sentido, las y los cuidadores de las personas mayores que asisten a los centros de día también concuerdan en los beneficios reportados.
La funcionalidad es uno de los aspectos más críticos para las personas mayores que viven en la comunidad, ya que esto marca la capacidad de autonomía para realizar sus actividades cotidianas y sentirse parte de la sociedad.
En 2013 se dio inicio al programa de Centros de Día para el Adulto Mayor por parte de SENAMA. A la fecha, Chile cuenta con 89 Centros Diurnos en todo el país.
Estos establecimientos han demostrado ser beneficiosos para la calidad de vida de las personas mayores y resultan ser un dispositivo intermedio entre la institucionalización total y el envejecer en el hogar, resultando en una de las piezas claves de la Política Integral de Envejecimiento Positivo para Chile.
Es importante fomentar la existencia de servicios como los Centros Diurnos donde se intervenga de manera integral, se fomente el trabajo articulado con la comunidad, se potencie la funcionalidad y autonomía de las personas mayores, y se valorice el cuidado que otorgan sus cuidadores.
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