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Experta por Experiencia habla de adultez y discapacidad intelectual 

Carolina Lucero de 42 años es una mujer con múltiples facetas. Además de ser vocera del Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado MICARE, trabaja desde hace 9 años como ayudante de inspectoría en un colegio de Viña del Mar, es validadora de Lectura Fácil, directora de Líderes con Mil Capacidades, e investigadora en accesibilidad e inclusión.

En su rol de investigadora, colabora en varios proyectos con el grupo que lidera la investigadora asociada del Instituto Milenio MICARE Vanessa Vega en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Por si fuera poco, en su tiempo libre participa en las actividades deportivas de la Fundación Miradas Compartidas. La zumba, el basquetbol, pádel y la natación son las que más disfruta, y no pierde oportunidad de practicar cuando se le presenta la ocasión.

Como Experta por Experiencia, ha representado a las personas con discapacidad intelectual en diversas instancias, expresando las necesidades de su colectivo en primera persona para así romper con el histórico esquema en que profesionales o familiares sacan la voz por ellos.

En octubre conversamos con Carolina sobre las barreras que enfrentan las personas con discapacidad intelectual y la importancia de respetar sus decisiones en el camino de la autonomía.

¿Por qué crees que es importante hablar de discapacidad intelectual y adultez? 

Porque hay personas que piensan que los adultos con discapacidad intelectual somos siempre niños y eso no es así. Yo no quiero que nos traten como niños, porque no lo somos. Si hay algunas cosas que nos cuestan y necesitamos apoyos, pero somos adultos con derechos, opiniones y con ganas de ser independientes. 

También es importante dar a conocer lo que es la discapacidad intelectual, porque algunas personas lo ven como una enfermedad, y eso no es verdad. La discapacidad intelectual es una condición del neurodesarrollo, que no nos limita a vivir como adultos, que igual podemos trabajar, vivir independientes, sólo necesitamos que nos den los apoyos que cada persona necesita.

¿Cómo te das cuenta que hay personas que piensan que las personas con discapacidad intelectual son siempre niños? 

En el trato que tienen hacia las personas con discapacidad. Por ejemplo, hay padres que le hacen todas las cosas a sus hijos o eligen todas las cosas por ellos. Hay personas adultas con discapacidad que le gusta alguien y los padres no los dejan pololear, o no permiten que se vean o lo tienen que hacer en secreto. 

¿Por qué crees que los tratan como niños? 

Un problema son los padres que no sueltan y no dejan ser independientes a las personas con discapacidad intelectual, porque algunos padres piensan que no podemos trabajar, que no podemos hacer prácticamente nada. 

Yo creo que hay una falta de confianza en nuestras capacidades y que las personas piensan que no entendemos lo que se habla, lo que nos quieren decir. Yo entiendo que no lo hacen por ser malas personas, sino por ignorancia. Entonces yo creo que es importante entregar este mensaje a las personas, a los profesionales, a los padres que queremos ser tratados como adultos y no niños para siempre. Que todos sepan que queremos que nos pregunten nuestra opinión, cómo queremos que se hagan nuestras cosas. Un ejemplo de esto pueden ser las celebraciones de cumpleaños, que yo he visto hartas que las decoran con gorros infantiles, globos, manteles, decoración de niños sin preguntarle al cumpleañero y quizás esa persona prefería juntarse con sus amigos a comer completos. 

¿Qué crees que es importante en la adultez de una persona con discapacidad? 

Para mi, una de las cosas más importantes es que todas los adultos con discapacidad intelectual que quieren trabajar, lo puedan hacer. Las personas con discapacidad intelectual tenemos capacidades para poder trabajar y es importante que tengamos esta oportunidad, porque ahí podemos ganar plata y comprarnos lo que queramos, podemos ahorrar plata para poder viajar, para poder tener una casa propia. 

¿Te gustaría vivir sola? 

Si me gustaría vivir sola. Más que sola me gustaría casarme y vivir con mi pololo en una casa propia o en un departamento. Y poder ser independientes de mi tía y él de su tía. Y hay algunas personas que no les gustaría vivir independiente y eso hay que respetarlo también. 

¿Qué cosas te hacen sentir independiente? 

Cuando voy al supermercado y compro yo la mercadería para la casa. Cuando ayudo con plata para pagar los gastos de la casa. Cuando me movilizo sola. Sobre todo poder tomar mis decisiones, elegir qué quiero hacer, dónde quiero estar, con quien, que no haya otra persona eligiendo por mi. 

¿Cómo fue para ti el cambio de pasar de ser una adolescente a ser adulta? ¿Cómo fue tu experiencia? 

Fue difícil, porque yo quería trabajar y hacer mis cosas, salir con mis amigos, pero en mi casa, mi tía no confiaban en que yo podía hacer esto. Hasta los 18 años yo me iba en furgón escolar, que eso me hacía sentir incómoda. Yo lo conversaba con mi tía, le decía que era capaz de movilizarme sola, que sabía que bus tomar, y para no seguir peleando yo aceptaba no más. Pero cuando llegué a la Escuela Juan Sandoval me dijeron que lo primero que me iban a enseñar era que mi familia me enseñara a ser más independiente. Por eso cuando hay adultos que los padres dicen que mi niño no puede hacer esto, no puede hacer esto otro, yo siento que ellos también necesitan charlas o capacitaciones para que confíen en las cosas que sus hijos pueden hacer. Es difícil encontrar trabajo, pero también hay que hacer algunas capacitaciones para quienes están buscando trabajo. 

¿Cómo te sentiste cuando te empezaron a dar más libertades y a confiar en tu autonomía? 

Me sentí bien, yo tenía confianza. Volvía a la hora que me decían y así ver que podían confiar en mi. Esto es un proceso largo, que tienen que tener una charla con los papás y con la personas con discapacidad. 

¿Hay algún mensaje final que le quieras dar a las personas que nos lean?

Que si los adultos quieren trabajar o quieren ser independientes, que los dejen. Que respeten sus decisiones, sus gustos, su privacidad.