Artículo co-autorado por Pablo Villalobos, investigador joven de MICARE; junto a Kofi Awuviry-Newton, PhD; Dinah Amoah; Meredith Tavener, PhD; Adjeiwa Akosua Afram; Julie Byles, PhD y Paul Kowal, PhD.
Publicada en JAMDA (Journal of the American Medical Directors Association), la investigación examina las posibles relaciones entre la inseguridad alimentaria y la discapacidad funcional en adultos mayores en Ghana; y los roles del sexo y la actividad física en esta asociación.
Utilizando datos del estudio Ghana Wave 2 (estudio nacional), participaron 4.446 personas mayores (50 años o más) en un estudio transversal. Por otro lado, se evaluó la discapacidad funcional de aquel sector en el país, utilizando el Programa de evaluación de discapacidad 2.0 de la Organización Mundial de la Salud. La inseguridad alimentaria se evaluó a partir de la medición de la suficiencia alimentaria y experiencia del hambre en 12 meses.
Principales hallazgos:
Los adultos mayores que reportaron consumir alimentos insuficientes y aquellos que experimentaron hambre, tenían mayores probabilidades de discapacidad funcional, en comparación con aquellos que no reportaron estos problemas. Las diferencias de sexo modificaron la asociación entre hambre e incapacidad funcional. La actividad física sirvió como factor en la asociación, lo que implica que los adultos mayores que realizaban actividad física tenían un 40 % menos de probabilidades de sufrir una discapacidad funcional inducida por la inseguridad alimentaria.